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⚠︎︎ CONTENIDO +18 ⚠︎︎
"Reúnan a cuantos testigos puedan antes de que endurezca la nieve. Es cuando vendrán"
Aún no superaba la nota de Alice, había visto la contra parte en algún lugar, —Es muy extraño. Físicamente, siento que podría demoler un tanque.—Edward se sienta a mi lado escuchándome, —Mentalmente estoy...agotada.
—¿Qué tal un baño?—propuso Edward besando mi mejilla.
Me volteé a verlo, sus ojos dorados brillando con algo mucho más oscuro y peligroso:
Deseo.
Trago grueso mirando el sofá a un lado, si mi corazón estuviera vivo estaba segura que latiría demasiado rápido, estamos casi solos en esta semi-oscuridad.
—Recuerdo como desnudarme sola.—me giro a el sonriendo cuando trata de quitarme la blusa.
—Pero yo lo hago mucho mejor.—ríe suavemente.
—Frey está dormida...no deberíamos hacer esto aquí.—protesté pensando en mi hija.
Si ella llegaba a escuchar lo que haríamos, le crearía un trauma a mi niña de por vida.
Edward se acerca frente a mi con pasos lentos, —Si, deberíamos.
Lamo mis labios, observando su cuerpo, recordando como se siente desnudo contra el mío, —Si, en serio, deberíamos irnos. Freissy no debe escuchar esto.
El asiente, quedando tan cerca de mi que tengo que alzar mi mirada para verlo a los ojos, —Lo sé.
—¿Entonces por qué seguimos aquí?—pregunto, su nariz rozando la mía, mis labios se abren en anticipación, mi respiración sería un desastre si la necesitara.
Me estampa contra la pared, besándome desesperadamente. Puedo sentir como intenta calmarse y ser gentil, que quiere sentir cada parte de mi, pero también se que la espera se le pasa y quiere devorarme, del modo excitante.
—Eddy...—murmuro, con la voz llena de deseo, —Aquí...aquí no deberíamos.
¿En verdad pienso que podemos detenernos ahora?
Me inclino para besarlo y luego me separo.
—No le crearé un trauma a mi niña.
—Eres mala.—sentencia con diversión.
Lo besé rápidamente, —Lo sé.
—Guardaré el baño para cuando Frey despierte y le toque darse una ducha, el agua seguirá a temperatura normal por si cambias de opinión.—sonrió de lado y volteé los ojos, divertida.
Se fue, quien sabe a dónde y tampoco me importaba ahora, solo quería descubrir lo que Alice quería decir con eso, le di la vuelta a la nota.
"El mercader de Venecia"
Carajo, ya sabía donde lo había visto, rápidamente me levantó y voy al pequeño librero arriba de la chimenea.
Abro el libro que creía que era y cuando pasé la primera página, la vi rota, agarré la nota y traté de juntarla con la página, encajaban a la perfección, pasaba las páginas y vi un papel en una de ellas.
"J.Jenks, Seattle. Destruye esto, Aly"
Alice se aseguró de que solo yo recibiera el mensaje, porque, no es por presumir, solo mi mente estaría a salvo de Aro. Hice lo que me pidió, tiré la nota a la chimenea y esperé a que se deshiciera.
—Eddy, creo que si voy a querer ese baño.—murmuro para que solo el me escuche, luego de unos segundos lo vi aparecer.
—Sabía que aceptarías.—pasa sus manos al rededor de mi cintura, con una sonrisa ladina.
—¿Ah, si? ¿Y dónde quedó el baño para nuestra hija?—pregunto divertida.
—Le puedo hacer otro.—contesta para luego besarme de nuevo.
♪
—Me sorprende que hagas una pausa en tu entrenamiento.—dice Jake con diversión.
—Si no le llevo a Freissy a mi papá, el vendrá aquí.—recordé, —Veintisiete vampiros, un humano.—niego varias veces, —Es mala idea.
—Eso es lo que le dijiste a Edward.—adivina murmurando un poco para que Frey no escuche mucho, lo miro mal, aunque no pueda ocultarle nada, —Como lo ordene, su majestad, igual me alegra alejarme de esos apestosos cupasangre.
—Ey.—me quejo, yo era una de ellos.
—Disculpa, ya sé, ellos son los buenos y el amor de tu vida está ahí, ya se, ya se.—ruedo los ojos divertida, —Pero vamos, Drácula uno y dos son...—abre los ojos exageradamente sonriendo, haciéndome reír, —Escalofriantes.
—Si, eso no te lo puedo negar.
Llegamos a casa de Charlie y antes de que si quiera estacione el auto, el ya estaba bajando con Sue Clearwater.
—Ahí está, ven acá.—dice Charlie llamando a mi hija.
—Frey, amor, no tan rápido.—pido cuando mi niña sale corriendo del carro en dirección a su abuelo, mi papá carga a Freissy, ambos se sonríen.
—Vaya, mírate, como has crecido, en serio.—no sabía si era una queja o una admiración, pero mi hija solo sonreía y asentía, —Quince centímetros...
—Pasen, está listo el almuerzo.—ofrece Sue abrazada de Charlie.
—Hay que decorar el árbol.—dice Charlie.
—Yo tengo que hacer algunas cosas.—admito vacilando un poco.
—Pero...Aly, tú pones la estrella.—recordaba mi papá.
—Si, que la ponga Frey por mi.—pido guiñándole un ojo a mi hija, —No me voy a tardar.
Ellos asienten un poco, Jake me da una mirada que conozco muy bien, le hago una seña de que me siga la corriente y a regañadientes me hace caso.
—Hola, amor ¿Estás abrigada?—pregunto agacha a la altura de mi hija.
—Si, un poco demasiado diría yo.—bromea y hago una mueca de diversión, —Estoy bien, tienes prisa, no te preocupes.
Ay no, no sabía si pensaba que ya no la vería en el día, o que prefería hacer algo más que estar con ella.
—Hey.—llamo poniendo una mano en su mejilla, —Voy a estar contigo después, esto es algo muy urgente, no quiero dejar de pasar tiempo contigo pero necesito hacer esto, de verdad.—beso su cabeza, —Te veo después.
La abrazo por última vez y ella entra con Jacob a la casa de Charlie.
♪
La nota de Alice me dio nuevas esperanzas, tal vez tenía un plan para nosotros después de todo, y tal vez J.Jenks era la clave para descifrarlo. Me estacioné frente al lugar citado, bajé y me adentré en el.
—Me espera el señor Jenks.—aviso hacia un guardia que está afuera de una pequeña sala.
—Por aquí.—accede y me hace entrar, ven a un moreno de lentes levantarse y se acerca a mi.
—Señora Cullen.—estrecha y mano y me invita a sentarme.
—Hola.—saludo antes de sentarme frente a él.
—Me alegra que llamara.—sonríe para luego tomar un poco de su bebida, —Siempre, veo a mis clientes aquí, es más, cómodo que la oficina.
Respondió cuando yo empecé a mirar el lugar, inspeccionándolo de cierto modo, me acomodé en la silla antes de hablar, —Y es más público.—lo escucho reír, —¿Qué clase de trabajo hace, Jay?
—Algo de esto y aquello, siempre es distinto, lo mantiene interesante.—ante sus palabras yo solo asiento.
—¿Conoce a Alice y a Jasper desde hace mucho?—me atreví a preguntar, recargando mis codos en la mesa.
—He trabajado para ellos por más de veinte años.—vuelve a tomar de su bebida, —Y mi difunto socio conocía a Jasper desde quince años antes, el está...inusualmente bien conservado.
Yo me quedo algo helada, —Si, así es...
—Espero que el señor Jasper esté disfrutando sus vacaciones.—por su tono croe que trataba de adivinar algo.
—¿No le dijeron a donde pensaban ir?—inquiero controlando la necesidad de tomar de mi vaso del frente.
—No, no, no, el solo mencionó que se irían cuando vino a hacer su pedido.—niega repetidas veces haciendo que mi mente trabaje a mil por hora llenándome de preguntas.
—¿Asumo que su pedido está listo?
—Por su puesto.—hizo una cara de incredulidad, —Yo siempre entregó a tiempo.
Un sobre color beige se hizo presente en la mesa, lo acerca hacia mi y lo tomo en mano, abro el sobre y saco el contenido. Solo habían dos pasaportes, y dos boletos de aviones, los pasaportes tenían las fotos de Jake y de Freissy, frunzo el ceño al instante, mirando a un lugar.
—¿Algún problema?—no sé si es preocupación o algo pero su voz suena algo distinta.
—No...mi esposo y yo pensamos que viajaríamos juntos, —admito luego de unos segundos, guardando todo de nuevo.
—Jasper dijo que solo dos viajarían, sus instrucciones fueron muy claras.—indica, yo alzo las cejas un poco mientras seguía guardando todo con sumo cuidado.
—Si, me equivoqué.—suelto de golpe, —Parece que eso no va a pasar...
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